Beatriz Domínguez

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Beatriz Domínguez


Tu salud: ¿herencia o construcción?

14/04/2025

Cuántas veces he escuchado frases como «mi hipertensión viene de herencia familiar» o «como mi abuela era diabética, a mí también me ha tocado».  Sin darnos cuenta, muchas veces atribuimos nuestras enfermedades a la herencia genética. Y es cierto la importancia de la carga cromosómica, pero que desarrollemos o no una enfermedad depende solo de nosotros.

Tú eres un 20% genética y un 80% epigenética; es decir, además de heredar el pelo de tu madre y los ojos de tu padre, las enfermedades que ellos y sus ascendientes padecieron están escritas en nuestros genes, y si nuestro sistema 'se rompe', se romperá por el eslabón más débil de nuestra cadena, ese que ya viene con 'tara'. Pero que desarrollemos o no una enfermedad depende de nosotros, de lo que hacemos en nuestro día a día: qué comemos, si nos movemos, qué tal es nuestro sueño… a esto se le denomina epigenética.

Es muy fácil echarle la culpa de nuestros problemas a los demás o al destino; pero la verdad es que nuestro camino lo vamos creando nosotros en cada una de nuestras decisiones.

La genética asienta la base, pero no el destino. Tener una predisposición no significa que necesariamente vayamos a desarrollar esa enfermedad. De hecho, los estudios más recientes demuestran que solo un pequeño porcentaje de enfermedades están determinadas exclusivamente por la genética. La mayoría dependen de factores ambientales y del estilo de vida, ya que nuestros genes no actúan de forma aislada, sino que responden a señales externas como la alimentación, el ejercicio, el sueño, el estrés y la exposición a sustancias tóxicas. Estas señales pueden activar o desactivar genes sin modificar el ADN en sí mismo, lo que significa que nuestras decisiones diarias pueden determinar si una predisposición genética se convierte en una enfermedad o no.

Así que la próxima vez que pienses en culpar «a tu abuela por tu diabetes», recuerda que lo que pones en tu plato y cómo vives tu día a día tienen mucho más peso del que imaginabas.