Es casi la una y media de la tarde de un soleado domingo preotoñal o posveraniego (lo dejo a su elección) en el que Cuenca ya huele a vaquilla y zurra, tengo un par de paletillas de cordero en el horno con un aspecto envidiable y no dispongo de un tema claro del que escribir mi artículo de este lunes. Ante todo, sinceridad, querido lector. Ese pilar maestro nunca se puede quebrantar. Lo tendría fácil, podría tirar por San Mateo, por lo que suponen estas fiestas y por lo que hacemos en el Casco a cuenta de ellas, pero sería lo más fácil y a veces pienso que está todo prácticamente contado. Para más inri, mañana podrán leer junto a la edición diaria de La Tribuna el magnífico especial que a estas horas estamos rematando. Por tanto, esa vía la tenemos cubierta. Sigue sin aparecer ese tema municipal que sirva de 'percha' para escribir. Podría tirar por las designaciones de socialistas y populares para el Tribunal Económico Administrativo que este diario dio a conocer la semana pasada y que en ambos casos son curiosas. Sin embargo, creo que es un tema demasiado técnico y tampoco es plan de destripar las 'cocinas' de la política municipal. Por ahora...

Las dos menos cuarto ya. ¡Anda, mira! Un WhatsApp. Vamos a ver quién es... ¡Vaya! Éste solo me escribe de uvas a peras, de uvas a brevas o de higos a brevas. Quédense con el que quieran... hay muchas dudas sobre el uso correcto de esta expresión. El susodicho se acuerda de mí muy de cuando en cuando y siempre con algún interés un poco raro, la verdad... No sé, diría que no del todo bienintencionado. Eso me lleva a reflexionar. Qué curioso es esto de la amistad vía redes sociales barra WhatsApp barra similares. Como que es más fría, menos fiable, menos pura. Oye, ¿y si lee este artículo? No creo, pero puede ser. Sinceramente, me da igual. Es más, ojalá. A ver si así se corta un poco más a la hora de mandar su WhatsApp anual para preguntar siempre con la misma intención, sobre lo mismo y con el mismo fin. ¿De verdad no te das cuenta de que se te 'cala' muy rápido? Guerrita decía que «ca' uno es ca' uno»... Pues eso.

Pues nada, las dos. En un suspiro estamos comiendo. Se me hace la boca agua con el 'pintón' del cordero, manchego, por supuesto. A ver ahora qué tinto escogemos para regarlo. Veo que llego al final del artículo y lo he agotado sin sacar ese tema de debate interesante... Por cierto, ¿abordamos ya cómo se ha desvirtuado San Mateo de un tiempo a esta parte relegándolo en gran medida a un sinsentido que poco tiene que ver con su génesis o seguimos mirando para otro lado? Voy a apagar el cordero.