Sinceramente, no veo a Darío Dolz emulando a un homólogo suyo de tierras gallegas alternando el inglés y el castellano, a los pies del árbol, para dar el pistoletazo de salida al encendido navideño. Mejor. No hace falta. La imagen, la verdad, no es la mejor posible. El show de ese otro regidor, excesivamente personalista y protagonista, eclipsa en cierta medida el acto en sí, por el que su ciudad, no obstante, se ha ganado una posición de privilegio dentro de esta vorágine munícipe de 'soy el Ayuntamiento que más luces pone y el que antes las enciende'. Hemos caído en eso, en mediciones cruzadas de dónde se encuentra el abeto luminoso más alto del país. Los regidores sacan pecho por la oferta navideña, en todos los sentidos, que ofrecen a sus vecinos, y lo hacen porque éstos últimos les exigen unas navidades a la altura de las circunstancias... Como si el consumismo sin freno y el postureo vía 'selfies' entre tanta decoración navideña fuera el verdadero espíritu de esta celebración. Pero bueno, es lo que hay, a esto hemos devenido. En el equilibrio siempre está la virtud. Y ni tanto, ni tan calvo.
El Ayuntamiento ultima para esta Navidad una programación de esas que el ciudadano medio reclama. Navicuenca como marca propia, un árbol de 25 metros de alto (ojo al dato), un parque de San Julián tematizado para la ocasión con atracciones y puestos de comida, una cabalgata de reyes que promete ser muy llamativa y un mercadillo en la principal calle de la ciudad. Todo conectado y unido, con un sentido y un significado. ¡Ah!, y lo más importante, con el encendido de las luces cuando toca, el 5 de diciembre. El concejal que ha comandado el tinglado ha arreglado el desaguisado del año pasado. Por H o por B, por uno o por otro, el cambio de edil le ha venido bien a la Navidad conquense.
Lo que sucedió hace justo 365 días fue lamentable. No hay peros que valgan, aunque se pusieran. Para el encendido casi nos dan las uvas, literal, por no hablar de algunas otras cosas que rodearon la celebración de estas fiestas y que entristecieron el ambiente. El Ayuntamiento, con cambio de edil de por medio, insisto, ha enmendado la plana. Podríamos tirar de topicazos y decir que rectificar es de sabios o que nunca es tarde si la dicha es buena, pero la realidad es que la voluntad y el trabajo individual de un concejal puede determinar muchos éxitos colectivos. Por cierto, el concejal 'autor' de esta Navidad lleva Festejos, Juventud, Participación Ciudadana, Barrios y Pedanías, y Medio Ambiente. Casi nada... Visto lo visto, yo le daría alguna cartera más.