Javier Caruda de Juanas

Javier Caruda de Juanas


Dos efes y un casi

01/02/2024

¿Han estado alguna vez en Fitur? Es una suerte de corte de los milagros en la que unos y otros se afanan por vender las bondades de sus ciudades, regiones, comunidades o países con el único y noble fin de captar lo poco que queda en tus cuentas familiares, ese pequeño remanente que guardas como oro en paño para disfrutar unos días porque tú te lo mereces (y para dar envidia a tu vecino del quinto colgando fotos espectaculares en tus redes sociales). No digo yo que no haya que participar, Dios me libre, más bien todo lo contrario. Si en un sitio tenemos que estar para contar (y de una forma espectacular) lo que somos, lo que hacemos y lo que ofrecemos es ahí. Además, son solo un puñado de días al año así que el esfuerzo es asumible. 

El visitante no profesional que acude a la feria regresa a casa con bolsas repletas de bolígrafos, gorras y folletos de paradisíacos destinos, de maravillosas ciudades que ofrecen sus recursos tapando sus miserias. Pero lo hace vuelve henchido de alegría (por aquello del julianismo de la fecha) proyectando en su cabeza fantásticos viajes, escapadas sorprendentes.

A lo largo de estos días nuestros representantes han dado lo mejor de sí para acaparar la mayor cuota del mercado turístico en sus diferentes acepciones. Y en esta ocasión se han esmerado bien. Entre anuncio y anuncio debemos destacar la voluntad de convertir este 2024 en el año Zóbel por excelencia, no en vano cumpliría Don Fernando cien años desde que llegara a este mundo en la lejana Manila. Poco o muy poco se puede aportar ya a lo regalado por Fernando Zóbel a esta ciudad que, huérfana de su talento, sería otra, sin ningún género de duda. Sirva, pues, este año para poner en valor de nuevo su figura que nunca ha sido, ni será, olvidada por una ciudad agradecida a su empeño y su cariño.

Sin caer en disquisiciones más allá de la amable tertulia, no debemos poner en práctica aquel castellano refrán que habla de desvestir un santo para vestir a otro. 2024 no puede discurrir sin recordar el cincuentenario del fallecimiento de Federico Muelas quien puso en el centro de su corazón el amor por esta ciudad. Innumerables son las referencias de Federico en la vida cultural y cotidiana contemplando aún hoy, desde las pantaleonescas ruinas, cómo le va a la ciudad que tanto se empeñó en mejorar (son cosas de Federico, decían).

Ambas figuras señeras de nuestra cultura recibieron nuestro cariño de forma parecida, con una calle dedicada y centro educativo con su nombre. Una tiene una estatua, otra una estación de alta velocidad y ambas se merecen que este año sean especialmente recordadas. Con Zóbel estoy seguro de que será así pero ¿y Muelas? Espero que también, más que nada por no quedarnos otra vez con el casi aunque a veces un casi sea positivo. Fíjense que nuestros representantes van a solicitar que el parking de la estación del Ave sea gratuito casi por unanimidad. Casi.

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