A menudo subestimamos el impacto de nuestras elecciones diarias en nuestra salud, pero ¿y si te dijera que pequeños cambios pueden marcar una gran diferencia? ¿Y si te dijera que la mala alimentación es la causante, el detonante, el agravante de múltiples desastres como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares o el cáncer? ¿Y si te dijera que practicar deporte regularmente puede aumentar tu esperanza de vida? Dedicar al menos 30 minutos al día a actividades como caminar, correr, nadar o practicar yoga puede tener efectos positivos en tu salud general y tu longevidad.

¿Y si te dijera que el sueño es prioridad uno a la hora de restablecer nuestra salud? La falta de sueño puede conducir a problemas de salud como la obesidad, la depresión y la disminución del rendimiento cognitivo. Intenta dormir entre siete y nueve horas cada noche para asegurar un descanso adecuado.

¿Y si te dijera que quedar con amigos y familiares, compartir momentos y echarte unas risas son esenciales para tu bienestar emocional y mental, y que alarga tus telómeros (la longitud de los telómeros determina en parte la longitud de tu vida) y disminuye tu cortisol (hormona del estrés)? ¿Y si te dijera que la exposición moderada al sol es beneficiosa para la salud? ¿Y si te dijera que desconectar de la tecnología es crucial para tu salud mental?

¿Y si te dijera que pasar tiempo en la naturaleza ayuda en la gestión del estrés, lo cual contribuye a prevenir numerosas enfermedades? ¿Y si te dijera que la meditación puede transformar tu mente y tu cuerpo? ¿Y si te dijera que la gratitud puede mejorar tu salud emocional? ¿Y si te dijera que aprender algo nuevo puede mantener tu cerebro joven y saludable? Tú eres el reflejo de tus elecciones diarias… ¿Qué tal te ves?