Nos vamos a ir de vacaciones de Navidad por todo lo alto. La noticia, posiblemente, le mejore la cena de Nochebuena con esa presencia no del todo cómoda, que todo lo sabe y todo lo critica, llamada cuñado. Sí, casi todo el mundo los tiene y a casi todo el mundo les generan las mismas simpatías. Este jueves, en el preciso instante en el que esté comprando los langostinos, el cordero o los polvorones de última hora para los fastos navideños, Cuenca volverá a ser noticia nacional. Y lo será por un buen motivo. Así da gusto aparecer en los telediarios. En La Tribuna ya estamos preparando una de esas portadas que con el tiempo pasan a ser históricas.
No todos los días se inaugura un hospital provincial, y menos todavía un hospital que multiplica con creces los servicios y las instalaciones del actual, además de la necesidad imperiosa de que un edificio con 60 años a sus espaldas se 'jubile' después de una larga vida laboral cotizada para dejar hueco a la savia nueva que llega pisando fuerte. Para más inri, de la cortinilla que deje ver la placa inaugural del Hospital Universitario de Cuenca tirarán los Reyes de España. Don Felipe y Doña Letizia regresarán a una ciudad fetiche para ellos.
Sobre el papel, nada puede salir mal. Todo está listo y bien preparado para que el día resulte como debe. Así será y Cuenca comenzará a escribir su historia en una nueva infraestructura sanitaria tan necesaria como positiva, que será otro aliciente más a la hora de cambiar el sino de esta ciudad. Parece fácil entenderlo o interpretarlo de esta forma, con algún que otro pero o cuestión mejorable, eso sí. Pero sin más. Bueno, pues con todo y con eso, habrá más de un cuñado que en la cena de Nochebuena alzará la voz en el momento más inoportuno –suelen tener un don para ello– mientras la abuela se 'pelea' con las gambas y los niños no paran de dar guerra, para criticarlo absolutamente todo.
En ese espécimen genuino que constituyen los cuñados, hay una cualidad innata y llamativamente indisimulada, de cuestionar desaforadamente cualquier asunto en una relación directamente proporcional entre el grado de desconocimiento del mismo y la voracidad de los juicios. Vaya, que cuanto menos saben, más hablan. El nuevo hospital y la visita de los Reyes son carne de cañón en la hoja de ruta del cuñadismo para esta cena de Nochebuena... y hasta para la comida de Navidad. Ármense de paciencia, no se atraganten con el mazapán y consuélense con la verdad, y es que Cuenca tendrá un hospital de primer nivel.